«Prohibamos smartphones en las escuelas»

«Prohibamos smartphones en las escuelas»

La niñez y la adolescencia son periodos críticos en las vidas de las personas. Es donde se empujan las barreras de lo establecido para aprender dónde están los límites. Es donde se definen sus personalidades con mucha profundidad. Es donde conocen a personas que las marcan de forma significativa dentro y fuera del entorno familiar.

Y es donde smartphones y redes sociales juegan un papel cada vez más importante.

Teniendo en cuenta estos y otros muchos factores, el 26 de julio de 2023 The Guardian publicaba un artículo donde la UNESCO pedía prohibir estos dispositivos en las escuelas. Para «poner a las estudiantes en primer lugar».

Entramos en un jardín que podría herir sensibilidades.

Este post contiene muchas reflexiones sobre estas etapas de la vida, la tecnología, la responsabilidad en la crianza, el papel del profesorado y la educación reglada… muchos temas que son candentes y delicados dependiendo de la persona que las lea. Pero empecemos con el tema.

¿Tiene sentido eliminar los smartphones de las escuelas? ¿Sería beneficioso? ¿Es viable acaso?

De forma simplificada, creo firmemente que sí, tiene sentido y tiene beneficios restringir el uso de smartphones en las escuelas. Limitar su uso, si es que hace falta, cuando sea necesario para acceder a recursos o información que se encuentra en Internet.

No conozco la situación en otros países, pero en España particularmente nos encontramos con centros educativos que no cuentan con recursos apenas para enseñar. Las circunstancias sociales y particulares del alumnado son cosas que gestionar año a año, promoción a promoción.

Sumar al profesorado el rol de vigilantes sobre el uso de la tecnología… es injusto, es irreal, es sobrecargar a una profesión que ya está estirando al máximo sus esfuerzos y recursos.

Pero el artículo en cuestión ataca otros temas también:

to tackle classroom disruption, improve learning and help protect children from cyberbullying

Evitar las distracciones durante las clases es bueno, es clave. Si el conocimiento no llega porque hay un obstáculo que lo impide, ya tenemos el primer problema localizado.

Mejorar el aprendizaje como objetivo es clave, pero eliminar los smartphones no será determinante, diría que es un argumento simplista.

Y sobre el cyberbullying… es un tema muy complejo y delicado. Por desgracia diré puede suceder igualmente si el entorno lo hace posible o no lo evita de forma activa. El alumnado puede portar dispositivos móviles con los que hacer cyberbullying a escondidas, porque… no vas a registrar mochilas y bolsillos, ¿verdad?

Estamos cargando, una vez más, a las escuelas con una responsabilidad que no les pertenece. Estando cerca de personal docente, bastante difícil resulta enseñar con las circunstancias actuales, sin las herramientas y recursos adecuados para cuidar a su alumnado en todas las áreas.

neglect the “social dimension” of education where students receive face-to-face teaching

Ir a clase tiene dimensiones sociales que son muy útiles en la vida que debemos ejecutar como adultas, pero es más complejo que eso. Crear espacios seguros en el que poder expresarse, preguntar, equivocarse… tanto por parte del profesorado como el alumnado.

Tambien hay que tener en cuenta las trabas que tienen algunas personas: timidez, neurodivergencias, traumas, conductas aprendidas… ¿acaso se están considerando?

Desde luego, eliminar los smartphones no va a solucionar mágicamente y hacer que esta dimensión fluya como debe, pero es un paso.

Some pupils will also use phones as payment methods on public transport.

Tampoco podemos olvidar la necesidad generada alrededor de estos dispositivos, a la hora de pagar transporte público, poder pedir ayuda a personas tutoras, encontrar información para explicar una necesidad concreta que tengamos… los necesitamos en mayor o menor medida, pero también los queremos lejos.

Las necesidades y dependencias apuntan a direcciones totalmente diferentes.


Es la forma de restringir lo dañino que pueden producir la tecnología portable en el único ámbito en el que se tiene poder, pero la educación y la cultura alrededor de la misma comienza desde casa.

¿O acaso podemos imaginar a algún tipo de entidad intentando prohibir el uso de pantallas o dispositivos en el hogar?

Todas estas palabras, reflexiones y desvaríos vienen gracias a las aportaciones de Freddy Vega, el vídeo que he insertado y el tweet que me descubrió este contenido.

En este vídeo se habla sobre la adicción a redes sociales, la correlación entre redes sociales y ansiedad/depresión (especialmente grave en adolescentes), la soledad creciente en todas las edades… y también de lo importante que es dar ejemplo (como personas cuidadoras y tutoras) para no generar dependencias con dispositivos como los smartphones.

Y este ejemplo empieza en casa. Con las personas que crían, que educan, que ponen los límites y enseñan valores. Cuando llegan a la escuela, este mensaje ya llega tarde.

Un gráfico en el que se muestra cómo los niveles de soledad en la infancia van en aumento desde 2008, de ourWorldInData.org

No es irremediablemente tarde, se puede corregir, por supuesto. Pero ya hay mucho tiempo perdido en el que se podría dar ese mensaje.

Es este concepto que llevo escuchando desde niña y que sigue aplicando el día de hoy:

En la escuela se enseña, en casa se educa.

Criar es muy difícil, sí, por eso es importante asegurarse de apuntar en la dirección correcta a la hora de ayudar o crear cultura en nuestra sociedad.


En definitiva… ¿es prohibir los smartphones en centros de estudios, como colegios, la solución a la soledad, falta de habilidades sociales y fracaso escolar?

Creo que puede formar parte de ella, pero no perdamos el foco. Los motivos de la UNESCO son poderosos y muy válidos, pero esta medida está lejos de arreglar el problema, si acaso uno de los síntomas más visibles.

Supongo que es ir abordando los problemas de uno en uno, pero hay tanto por hacer…

seeU!

Deja un comentario