Después de mi cambio de trabajo y haber superado algo del tiempo de adaptación a nueva empresa y nuevas tareas a realizar, una compañera que se encargaba de enseñarme buenas prácticas en el desarrollo me recomendó un libro para mejorar como programadora: «El libro negro del programador».
Al momento de escribir este post, hace unas semanas que lo terminé, y lo cierto es que hay muchas de las enseñanzas que se han instalado con comodidad en mi mente…
Hoy me gustaría compartir mis impresiones de este libro desde aquí.
«El libro negro del programador» es un libro escrito por Rafael Gómez Blanes, un programador que lleva bastantes años en la industria y quiere compartir su sabiduría con el mundo.
En más de 250 páginas, viaja en diferentes temas como por ejemplo: refactorización, arquitectura de software, la importancia de la UI, testing, productividad…
A partir de ejemplos reales de su experiencia como programador, te contextualiza para transmitir los mensajes de la mejor forma posible. Además de este tomo, ha escrito dos libros más sobre buenas prácticas en programación que puedes encontrar en su web. Todo con el objetivo de propagar su conocimiento para crear una industria mejor.
El desarrollo de software es una profesión en la que es fácil y a la vez difícil acomodarse. Siempre hay tecnologías nuevas, las que ya conoces están en constante actualización… y puedes querer encontrar equilibrio entre profundizar los conocimientos que necesitas tener en tu puesto de trabajo y conocer las novedades del sector. Es un tema complicado y en que no entraré (hoy).
Al momento de empezar el libro, empezaba a sentirme «tranquila» con el conocimiento que tenía, que podía seguir en la línea en la que me encontraba.
Pero al avanzar en la lectura y sentirme incómoda con las cosas leía. Fue un golpe en la mesa que me hizo ver que me estaba «relajando» en mis conocimientos y en cómo realizaba mis tareas… Tengo mucho que aprender todavía, mejorar en la calidad de mi código, la forma en que transmito información… y fue algo que me hizo cambiar de perspectiva en mi forma de trabajar. Fue un momento muy positivo, a pesar del shock inicial.
El margen de mejora siempre está en crecimiento, pero tomándolo con filosofía puedo abarcarlo poco a poco.
Este libro también te enseña algunas prácticas que están extendidas en la industria y que muchas veces perjudican a los equipos de desarrollo, como puede ser la mala gestión de proyectos, el ego de algunas personas…
Cada capítulo tiene al final una lista de los conceptos clave que se han tratado en el mismo. Es una forma genial de recordar todo lo que se ha tratado y quedarnos con las ideas principales y, sobre todo, concretas. En mi copia tengo páginas marcadas para indicar la localización de casi todas esas listas con resúmenes.
A medida que te acercas a los capítulos finales, puede resultar ligeramente repetitivo, quizás porque el libro no ha sido revisado en su plenitud a medida que crecía en sus páginas, pero no estoy segura de ello. En cualquier caso, yo he tenido el placer de leer la segunda edición, edición 2017. Desde el 2015, en el año que (creo que) fue publicada la primera edición, las cosas habrán cambiado bastante. Incluso podría estar trabajando en una edición 2019 o 2020…
Considero normal que las lecciones que aporta este libro se repitan, pues no deja de ser un conocimiento que se complementa con entre las diferentes enseñanzas que se tratan. Al final, todo suma hacia el mismo mensaje: comparte, expresa y crea de la mejor forma posible.
Lo que tengo claro es que será una lectura recurrente, quizás una vez al año, como un momento para analizar donde estoy, qué es lo que no sé y cómo puedo mejorar.
Como podéis imaginar, lo recomiendo muchísimo. Así que, si os lanzáis a leerlo, espero que lo disfrutéis tanto como yo.
seeU!
Geekstorming! 
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